Tacones Lejanos

Tacones lejanos es una película española, escrita y dirigida por Pedro Almodóvar estrenada en 1991. Se trata de la novena película en su carrera que, a juicio de la mayoría de las críticas, 'da un nuevo giro en su carrera y ofrece uno de los filmes más serios de los que había rodado hasta la fecha'.

En este filme Almodóvar nos ofrece un melodrama y a la vez un thiller al más puro estilo de Hitchcock, y su historia se centra en la relación toxica entre dos mujeres, madre e hija.

Becky del Páramo (Marisa Paredes) es una famosa artista que, tras 15 años regresa de México para volver a los escenarios como una dama de la canción, y para mejorar su relación con su hija Rebeca (Victoria Abril), que la espera con gran expectación. 

Rebeca, durante todos esos años ha estado separada de su madre, se ha convertido en presentadora de los informativos y contrajo matrimonio con Manuel, el director de la cadena de televisión, y antiguo amante de su madre, sin que esta se entere.

Rebeca le dice a su madre en todo momento que la ama y que ha estado mucho tiempo esperando a que se reencuentren, pero el amor que siente por ella va acompañado por un profundo resentimiento que lleva arrastrando desde su niñez, cuando Becky ponía por delante su vida artística y amorosa por delante de su hija de nueve años.

Rebeca lleva a Becky a su casa para cenar junto a su esposo Manuel. Becky aprovecha que Rebeca se levanta de la mesa para ir al servicio y le expresa a Manuel que no entiende su inmoralidad al casarse con su hija después de haber mantenido una relación años atrás con ella, a pesar de que él le explica que no sabia nada de su familia en el momento que la conoció. 

Tras esa tensa cena, los tres salen a ver a Femme Letal (Miguel Bosé), un transformista e imitador de Becky del Páramo. Rebeca conoce a Letal porque de vez en cuando va a ver sus presentaciones, cuando echa de menos a su madre.

Entre batidores, Letal le confiesa a Rebeca que esta enamorado de ella, y mantienen relaciones. Mientras, en la sala, Manuel se sincera con Becky, le cuenta que dejo de amarla y que quiere pedirle el divorcio para volver a mantener una relación con ella. 

Un mes más tarde, Manuel es asesinado en su villa, y hay tres sospechosas, Isabel, la presentadora del lenguaje de signos, y amante de Manuel (Miriam Diaz-Aroca), Becky y Rebeca. El juez Domínguez (Letal) descarta a Isabel y centra todas sus investigaciones en Becky y Rebeca, ya que Becky fue la última persona en verle con vida, y Rebeca, quién encontró su cuerpo y llamó a la policía.

Una semana más tarde, se celebra el funeral de Manuel, y esa misma tarde, Rebeca asiste al plató de televisión, y confiesa, en directo que asesinó a su marido, y es arrestada de inmediato.

Rebeca permanecerá en la cárcel un tiempo, pero no demasiado, pues esta embarazada y el juez Dominguez ordena su liberación por no tener evidencias suficientes.
Cuando sale, va a ver la última actuación de Letal, y en el camerino, él se muestra tal como es, es decir, le enseña todas sus personalidades y le explica que en realidad es un policía que comenzó a travestirse para investigar un caso y terminó adoptando esa personalidad.

Después de esta confesión, Rebeca se entera, por medios televisivos, que su madre sufrió un ataque al corazón. Van al hospital y, viendo el grave estado en el que se encuentra Becky, le confiesa que realmente ella sí cometió el crimen. Debido a la culpabilidad que siente Becky por haber abandonado a su hija, decide echarse la culpa para que Rebeca salga totalmente impune.

Es así que, Rebeca le cuenta con detalle como sucedió, para que pueda testificar, y le lleva el arma para que deje sus huellas dactilares que la incriminen y demuestre la inocencia de su hija. Pero, con un ultimo monólogo de Rebeca diciéndole a su madre que el sonido de los tacones a distancia le recordaban a ella cada vez que llegaba a casa de noche cuando esta era pequeña, al darse media vuelta se da cuenta de que su madre ha muerto.

¿Qué me ha parecido?

Desde que la descubrí con catorce años, Tacones lejanos se convirtió una de mis películas favoritas. Al menos la habré visto una decena de veces y no puedo evitar emocionarme. 

Cada plano y cada escena me fascina, y no sabría por donde empezar analizando que es lo que más me gusta. 

Como es característico de Almodovar, los colores vivos y vibrantes es algo que siempre me ha llamado la atención de sus películas, y a diferencia de otras películas españolas, donde se decantan por los colores sobrios y más apagados, el siempre se decanta por escoger los mas brillantes, como si de una fiesta se tratara. Colores cálidos y alegres.

La historia es de esas intensitas sobre una relación disfuncional entre una madre y su hija, en el que la hija se ve con la obligación de competir constantemente con su madre para demostrar que puede ser igual o mejor a ella y de esa forma ganarse su amor. Es de esas relaciones tan tóxicas que ocasionan desgracias, y por mucho que se profesen amor, ambas saben que nunca podrán ser felices juntas. 

Rebeca es un personaje trastornado que,a pesar de tener su vida resuelta, nunca podrá ser feliz, porque vive trastornada por no tener la aprobación de su madre. Y Becky, ahora que es una mujer madura, vuelve a Madrid para intentar cumplir con su  rol de madre, pero no quiere reconocer que su momento ya pasó, que su hija ya tiene 27 años y que ya hay consecuencias de su actos. 

En esta película hay dos escenas que son mis favoritas: la primera, es cuando Becky va a hacer su primera actuación tras regresar de México, mientras Rebeca pasa su primera noche en la cárcel. Becky hace una interpretación de Piensa en mí de Luz Casal, y se la dedica a su hija. La interpretación de Marisa Paredes  hace que se me pongan los pelos de punta.

La segunda trata de Becky y Rebeca cuando esta todavía esta cumpliendo condena en la cárcel. Desde que ingreso en prisión, Becky no la visitó ni una sola vez, y Rebeca, lejos de reprocharle por su poco interés, le reprocha lo mala madre que ha sido con ella; y lejos de reconocer el crimen que cometió, le hecha en cara cual fue el precio que tuvo que pagar su hija a cambio de su libertad como mujer. Rebeca le confiesa que su segundo marido no murió por un accidente, sino que ella lo provocó cambiando su medicación. 

Es una escena cruda e intensa, donde Rebeca descarga toda su ira y todo su resentimiento contra su madre, mientras que Becky enfrenta la verdad, la que siempre tuvo delante y nunca quiso reconocer.

  

Otra trama que me encanta es la de la cárcel, con Bibiana Fernandez, que sale guapísima, y con Cristina Marcos (Paula), que se llevo una nominación al Goya por su interpretación. 

En conclusión, Tacones lejanos es una película con mucha tela que cortar. Es dramática, intensa, misteriosa, y hasta mamarracha en ocasiones, pero sobre todo con mucho sentimiento. 

Tacones lejanos está disponible en Netflix.